Llevar un estilo de vida saludable implica realizar ejercicio de forma habitual. Dicha actividad no tiene porqué ser demasiado exigente; los expertos sostienen que practicar "power walking" durante 40 minutos de dos a tres veces por semana reporta grandes beneficios para la salud.
¿Es caminar mejorar que correr?
Científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, en Berkeley (California) y la División de Cardiología, Hospital de Hartford (Connecticut) han llevado a cabo una comparativa para probar si el gasto de energía que se realiza al andar proporciona beneficios de salud equivalentes a correr. Durante más de 6 años, los investigadores realizaron un seguimiento a 33.060 corredores y 15.945 "caminadores", recopilando datos sobre niveles de tensión, colesterol, diabetes mellitus y enfermedades del corazón.
Andar tiene más ventajas
Según sus resultados, correr reduce el riesgo de hipertensión en un 4,2% y caminar en un 7,2%. En lo que respecta al colesterol, correr supone una reducción del 4,3% de hipercolesterolemia y andar de forma vigorosa hasta un 7%. Por otro lado, correr reduce el riesgo de enfermedades cardiacas en un 4,5% y caminar en un 9,3%. Tal y como sostienen los investigadores, andar es mucho más beneficioso que correr y, además, produce menos desgaste y riesgo de lesiones.
Características del power walking
Para obtener todos los beneficios del power walking, es necesario realizar esta actividad con la cabeza erguida y mirando al frente. La espalda tiene que estar recta en una postura cómoda y los brazos deben moverse de forma natural, doblándose por el codo en un ángulo recto. La respiración debe ser profunda y rítmica y, si es posible, se debe apretar los glúteos y el estómago para fortalecer esa zona.
Texto elaborado con la supervisión científica del Área Asistencial de Adeslas
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Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology
Fundación de Corazón