Día del Alzheimer. La estimulación cognitiva para ralentizar el avance de la enfermedad

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La estimulación cognitiva podría ralentizar el deterioro ocasionado por el Alzheimer - Adeslas Salud y Bienestar

La Enfermedad de Alzheimer es una patología neurodegenerativa, de origen progresivo. Sus síntomas consisten en la degeneración lenta y progresiva de las neuronas cerebrales. En España se ha diagnosticado Alzheimer a más de 1.200.000 personas1.


Como cada año, el 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer. Aunque se trata de una patología que no tiene cura, sí hay tratamientos farmacológicos que ralentizan el avance de la enfermedad y, además, hay técnicas no farmacológicas que también pueden ayudar, como es el caso de la estimulación cognitiva.

Algunas de las señales del Alzheimer son2:

  • Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana.
  • Dificultad para planificar o resolver problemas.
  • Dificultad para desempeñar tareas habituales en casa, en el trabajo o durante el tiempo libre.
  • Desorientación de tiempo y/o lugar.
  • Dificultad para comprender imágenes visuales.
  • Problemas al hablar o al escribir.
  • Colocar objetos fuera de su lugar habitual y problemas a la hora de recordar los últimos pasos dados.
  • Perder la iniciativa para participar en el trabajo o en actividades de ocio.
  • Cambios de humor o de personalidad.

Gracias a las capacidades cognitivas podemos pensar, hablar, aprender o recordar, entre otras muchas habilidades que nos permiten mantener una vida autónoma en la sociedad. En este sentido, forman la estimulación cognitiva el conjunto de estrategias y técnicas que ayudan a mejorar el funcionamiento de las capacidades cognitivas3.

En el caso de las personas con Alzheimer o con demencia senil, aunque hay que tener claro que la patología no se va a curar, sí es conveniente aprovechar las ventajas que ofrece la rehabilitación cognitiva para intentar ralentizar su avance, siempre en colaboración con los profesionales sanitarios.

La enfermedad se divide en tres fases, en función de la evolución de los síntomas, y la rehabilitación cognitiva se adapta a cada una de ellas1.

Ejercicios de estimulación cognitiva: Fase 1

En esta primera fase se producen una pérdida de memoria y desorientación espacial y/o temporal1. En esta etapa, los ejercicios de rehabilitación cognitiva deben centrarse en los siguientes aspectos3:

  • Tareas sencillas que ayuden a la activación mental.
  • Enfocarse en la orientación temporal, espacial y personal para que la persona sepa dónde está y con quién.
  • Realización de ejercicios que estimulen la memoria. Por ejemplo, el paciente puede leer un grupo de palabras durante unos minutos y, después, tratar de recordarlas, o intentar responder a preguntas sobre su biografía personal4. En la primera actividad, se está estimulando la memoria a corto plazo y, en la segunda, la remota.
  • Ejercicios de cálculo, que son muy positivos para reforzar la memoria. Como ejemplo, el paciente puede clasificar los números en pares o impares, hacer cálculos aritméticos (como sumas o restas) o jugar con números, como es el caso del bingo4, los crucigramas o los sudokus.
  • Leer, escribir, realizar dictados o llevar un diario.

Ejercicios de estimulación cognitiva: Fase 2

En esta segunda fase del Alzheimer, el enfermo pierde fluidez en el lenguaje, tiene dificultades para vestirse y necesita ayuda para realizar las actividades básicas de la vida diaria1. En esta etapa, habría que trabajar3:

  • Intentar que mantenga la atención.
  • Orientación básica.
  • La memoria, tanto a corto plazo como la remota, tratando de que recuerde aspectos de la vida de la persona.
  • Reconocimiento con objetos reales o fotografías de cosas que sean importantes para la persona.
  • Preguntar por las características (forma, material y color) de objetos cotidianos.
  • Manipular objetos cotidianos como pueden ser los cubiertos o el peine.
  • Tratar de mantener la orientación espacial, distinguiendo entre dentro y fuera o arriba y abajo.
  • Entrenamiento de actividades de la vida diaria5.
  • Hablar con la persona sobre un tema concreto, por ejemplo, la infancia o la comida5.

Ejercicios de estimulación cognitiva: Fase 3

En la fase avanzada de la enfermedad, la incapacidad es profunda y las personas no se pueden valer por sí mismas. El paciente deja de hablar, no reconoce a las personas de su entorno y presenta incontinencia urinaria y fecal. También aumenta la rigidez muscular que puede originar una falta de movilidad de moderada a grave. Aparecen también otras complicaciones asociadas como pueden ser ansiedad, angustia, agresividad o depresión1. En esta etapa, la persona ya no puede realizar ejercicios de estimulación cognitiva, pero sí hay pautas que se pueden seguir para mejorar su vida en esta etapa3:

  • Evitar el aislamiento del paciente.
  • Potenciar las capacidades mentales que siga conservando.
  • Minimizar el estrés que experimenta.
  • Mejorar su calidad de vida.

El Alzheimer es una enfermedad dura tanto para el paciente como para su entorno en el que la persona va perdiendo sus capacidades de manera progresiva, por lo que ralentizar este proceso en la medida de lo posible y tratar de que lo viva de la mejor manera tiene que ser siempre el objetivo final.

 

 

Referencias:

1 Alzheimer. Confederación Española de Alzheimer (CEAFA). Página consultada en julio, 2021

2 Las 10 señales. Alzheimer’s Association. Página consultada en julio, 2021.

3 Estimulación cognitiva en pacientes con Alzheimer. Instituto Superior de Estudios Sociales y Sociosanitarios Página consultada en julio, 2021

4 Volver a empezar, ejercicios prácticos de estimulación cognitiva. Fundación ACE. Octubre, 1999.

5 Ejercicios de estimulación cognitiva para demencias avanzadas. Espacios Colaborativos del IMSERSO, blog de CRE Alzheimer. Mayo, 2021.

6 Crucigramas y sudokus: ¿armas efectivas contra la pérdida de la memoria? Alzheimer Universal. Diciembre, 2011