Dolor crónico y pandemia: una mala combinación

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Un estudio realizado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), revela que un 70% de las personas con dolor crónico ha empeorado durante la pandemia.


Desde la Sociedad Española del Dolor (SED)1 explican que el dolor es una experiencia individual compleja que incluye aspectos sensoriales, emocionales y sociales. Los mensajes que el dolor envía al cerebro son interpretados de forma diferente por cada persona y, por este motivo, cada individuo lo experimenta de una manera distinta.

Por lo general, esta sensación desagradable es una señal de alarma que ayuda a detectar una lesión o una enfermedad. En la mayoría de las ocasiones desaparece cuando se trata la causa que lo produce. Sin embargo, puede ocurrir que ni la medicación ni los tratamientos consigan erradicarlo, es entonces cuando hablamos de dolor crónico.

El dolor crónico durante la pandemia

Un estudio realizado por el eHealth Lab, el grupo de investigación de los Estudios de Ciencias de la Salud y del eHealth Center de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC)2, ha revelado que un 70 % de las personas con dolor crónico han visto empeorar la intensidad de su dolor, la frecuencia de los episodios y la interferencia del dolor en las actividades de su vida diaria.

Para llegar a esta conclusión, el equipo de investigadores ha contado con la participación de 502 pacientes, un 88 % de los cuales eran mujeres de entre 30 y 59 años, con dolor crónico de larga duración (una media de siete años). El 87,6% de los participantes presentaba dolor en más de un punto, siendo el abdomen, las lumbares y el cuello las localizaciones más frecuentes. Los datos fueron recogidos a través de encuestas online que se hicieron a los participantes.

Nuevos desencadenantes del dolor…

De acuerdo con los datos obtenidos, factores como la inseguridad laboral, las preocupaciones respecto del futuro, el número de personas cohabitando en el mismo hogar, el hecho de tener a alguien cercano que ha muerto por Covid-19 o el miedo a infectarse, pudieron estar relacionados con un empeoramiento del dolor.

La investigación revela además que la pandemia ha propiciado nuevos desencadenantes del dolor. Si antes el estrés y los cambios de tiempo eran los desencadenantes más frecuentes, durante el confinamiento un elevado número de participantes citaron también como desencadenante del dolor la preocupación por el futuro, los problemas de sueño, la inseguridad, los pensamientos negativos, la tristeza, la soledad, el sedentarismo y el miedo a contagiarse.

… y nuevas formas de afrontarlo

La pandemia ha cambiado también la forma de gestionar el dolor para más de la mitad de los pacientes que lo sufren. Tal y como ha declarado Rubén Nieto, profesor e investigador del grupo eHealth Lab de la UOC: “El estudio ha mostrado que, desde el inicio del estado de alarma, más de la mitad de los pacientes ha utilizado el descanso para hacer frente al dolor, y un porcentaje similar ha incrementado el consumo de medicación. Ambas cosas podrían ser contraproducentes”. La pandemia también ha incorporado una nueva forma de combatir el dolor que es positiva: el 48,2 % de quienes lo padecen han incluido los estiramientos como nueva herramienta para deshacerse del dolor.

La tecnología puede ayudar a tratar el dolor de forma global

No siempre es posible combatir el dolor crónico, pero sí aprender a afrontarlo y a vivir con él, para ello pueden ser útiles las intervenciones biopsicosociales, tratarlo de forma global. Sin embargo, durante la pandemia, muchas intervenciones destinadas a paliarlo o, incluso, erradicarlo, han tenido que ser pospuestas. En estas circunstancias, las tecnologías de la información y comunicación, las llamadas “TIC” se han perfilado de gran utilidad: “TIC representan una oportunidad para luchar contra el dolor y mejorar el bienestar, dado que pueden facilitar el acceso a intervenciones basadas en la evidencia con un coste asequible. Y pueden aumentar la autonomía y empoderar a la persona”, explica Nieto, quien centra una parte de su investigación en la aplicación de las nuevas tecnologías a problemas de salud. Para el investigador, hay que aprender de la experiencia de la pandemia en el uso de estas tecnologías en la salud: “Las posibilidades son infinitas, desde la clásica teleconsulta, hasta soluciones basadas en inteligencia artificial, pero antes es imprescindible planificar y probarlas”.

 

 

Referencias:

1 Consejos y recomendaciones sobre el Dolor. Sociedad Española del Dolor (SED). Página visitada el 30 de marzo de 2021. 

2 Un 70 % de las personas con dolor crónico ha empeorado durante la pandemia. Universidad Oberta de Catalunya.