El sedentarismo: un “daño colateral” de la EPOC

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Un nuevo estudio demuestra que las personas con EPOC mejoran su autonomía en la vida diaria cuando aumentan sus niveles de actividad física.


Los pacientes con EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) presentan una obstrucción persistente y progresiva del flujo del aire en los pulmones que dificulta el paso de aire, ocasionando síntomas como fatiga, ahogo, disnea, tos y expectoración. Estas circunstancias, por regla general, hacen que disminuyan su actividad cotidiana, llegando incluso a afectar en la realización de actividades sencillas de la vida diaria tales como comer, beber o lavarse, o complejas, como realizar las tareas del hogar, pequeñas reparaciones o llevar sus negocios. De acuerdo con un estudio del Departamento de Fisioterapia de la Universidad de Hacettepe, de Ankara (Turquía), publicado en Archivos de Bronconeumología, revista científica de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR)1, estas personas pueden aumentar su capacidad de hacer ejercicio y, con ello, la capacidad de realizar actividades de la vida diaria.

“Daños colaterales” de la EPOC

La EPOC se considera una enfermedad prevenible (la gran mayoría de casos se deben al tabaquismo) y tratable. Tal y como explican los expertos de la SEPAR2, los pacientes que la padecen presentan una hiperinsuflación pulmonar crónica que aumenta la carga sobre los músculos inspiratorios, que pueden además estar más débiles, y sobre el impulso neural inspiratorio. La disminución de la capacidad respiratoria de los pacientes con EPOC, sumada a esta hiperinsuflación pulmonar dificulta un estilo de vida activo y favorece el sedentarismo. En los casos de EPOC moderada o severa, las actividades cotidianas más problemáticas son caminar, las tareas domésticas y subir escaleras.

Es aconsejable que los pacientes con EPOC aumenten su capacidad de hacer ejercicio de forma adecuada. La actividad recomendada debe ser suficiente para satisfacer el aumento de oxígeno, necesario para las actividades cotidianas simples, y así poder preservar su autonomía en la medida de lo posible.

Poniendo a prueba la EPOC

Para llevar a cabo el estudio mencionado, los investigadores contaron con la participación de 27 pacientes clínicamente estables con EPOC moderado y severo, con una edad media de 58 años. El 77,8% de los pacientes eran exfumadores y solo el 22,2%, fumadores.

Las capacidades máxima y submáxima de ejercicio de estos pacientes se evaluaron utilizando dos pruebas:

  • Caminata de carga progresiva (ISWT, por sus siglas en inglés), en la que se aumenta la velocidad de caminar de los pacientes hasta que no pueden caminar más.
  • Prueba de marcha de 6 minutos (6MWT, por sus siglas en inglés), una prueba submáxima que mide la distancia que un paciente puede recorrer en un pasillo plano en 6 minutos a su propio ritmo, aunque en el estudio se pidió, y alentó mediante estímulos, a estos pacientes que caminaran tan rápido como pudieran durante 30 minutos.

El grado de actividad de la vida diaria también fue evaluado:

  • La percepción de la disnea durante la vida diaria se registró de acuerdo con la puntuación de la escala de disnea del Medical Research Council (MMRC).
  • El rendimiento en las actividades de la vida diaria se evaluó mediante el test de Glittre-ADL, que consta de cinco rondas de un circuito que los pacientes deben completar y que comprende subir dos escalones, cargando una mochila de 2,5 kilos en el caso de las mujeres y de 5 kilos, en el de los hombres, y coger tres botellas y cambiarlas de un estante superior a uno inferior y viceversa. Los participantes pueden descansar en una silla entre ronda y ronda, pero se les pide que pasen lo antes posible a la acción.

Los autores del trabajo observaron que las personas que habían obtenido mejores resultados en las pruebas físicas de la marcha y la caminata, también realizaban las tareas domésticas con menor esfuerzo. En base a esto concluyeron que las intervenciones basadas en el ejercicio tienen influencias positivas para que los pacientes con EPOC puedan desempeñar mejor sus actividades diarias. En palabras de Antonio Ríos, coordinador del Área de Fisioterapia de SEPAR: “Este estudio turco, aunque sea con una muestra discreta de pacientes, ha demostrado que, efectivamente, la capacidad de hacer ejercicio físico se correlaciona con la capacidad para hacer las actividades de la vida diaria”2.

 

 

Referencias:

1 Exercise Capacity and Activities of Daily Living are Related in Patients With Chronic Obstructive Pulmonary Disease. Archivos de Bronconeumología. Abril de 2020. 

2 Los pacientes con EPOC tienen una baja capacidad para hacer ejercicio, lo que merma su autonomía en la vida diaria. SEPAR. Septiembre 2020.