Bruxismo: qué es y cómo evitar que rechinen los dientes

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Bruxismo: qué es y cómo evitar que rechinen los dientes – Adeslas Salud y Bienestar

En este post te contamos qué es el bruxismo, cómo se produce y los síntomas más habituales que permiten diagnosticarlo, y te ofrecemos algunos consejos para combatir esta afección.


Se denomina bruxismo al trastorno en el que se rechinan o aprietan los dientes de forma inconsciente y repetitiva. Puede aparecer tanto durante el sueño como durante la vigilia, y acaba generando problemas de diferentes tipos, como, por ejemplo, apretar y rechinar los dientes, dolores de cabeza, faciales y mandibulares, y desgaste dental1,2,3,4.

El bruxismo puede ser diurno o nocturno y sus causas pueden ser diferentes. El bruxismo diurno parece estar más relacionado con factores psicosociales o ambientales externos, la tensión emocional, la ansiedad y el estrés se consideran las principales causas de este tipo de bruxismo. También puede ser debido a una maloclusión, es decir, una mala alineación de los dientes que entorpece su engranaje. En el caso del bruxismo nocturno, puede estar relacionado con trastornos de la conducta durante el sueño. Aunque los síntomas son similares, el segundo tipo de bruxismo, el que se produce durante el sueño, es el más difícil de controlar1,4.

¿Cuáles son los síntomas del bruxismo?1,2,4

Cuando se sufre bruxismo es habitual padecer sensibilidad dental y tener el esmalte desgastado. Los dientes pueden llegar incluso a fracturarse. Todos estos síntomas pueden generar problemas a la hora de comer.

Este trastorno afecta de manera importante a los músculos de la mandíbula, que puede estar dolorida e inflamada y con poca movilidad. Por extensión, otros músculos se ven afectados, lo que puede generar dolor de cabeza, cuello y oído, así como sensibilidad muscular. En los casos más severos, el bruxismo puede llegar a provocar alteraciones del sueño.

¿Cuáles son las principales causas y factores de riesgo?

Las causas del bruxismo dependen de varios factores, tanto externos como internos1,3:

  • Estrés: es sin duda uno de los principales factores de riesgo, y puede estar relacionado con la gestión de emociones. El tipo de personalidad competitiva o agresiva puede influir en el riesgo de llegar a padecer bruxismo.
  • Edad: el bruxismo es habitual en niños, pero en estos casos está muy relacionado con el desarrollo y suele desaparecer con los años.
  • Rasgo familiar: en el caso del bruxismo nocturno, si hay antecedentes en la familia, existen mayores posibilidades de que aparezca.
  • Trastorno de conducta: Esta patología puede haber surgido como una conducta adoptada, como estrategia de afrontamiento o como un hábito de concentración.
  • Efecto secundario: en raras ocasiones, este trastorno puede estar relacionado con ciertas medicaciones o con el consumo de tabaco, cafeína o alcohol. También puede estar relacionado con ciertas patologías, como la epilepsia, el Parkinson o la enfermedad por reflujo esofágico, o con ciertos trastornos de salud mental.

Cómo tratarlo y prevenirlo

El objetivo del tratamiento del bruxismo es minimizar sus consecuencias perjudiciales y lograr una oclusión estable de los dientes. Dependiendo de las causas, hay muchas formas de abordar el tratamiento del bruxismo, así como de afrontar el impacto que tiene en el paciente:

  • Relajación y gestión del estrés: en muchos casos, aprender a relajarse, a gestionar el estrés y las emociones puede tener un impacto positivo en este trastorno2.
  • Férulas de descarga: en algunos casos, la relajación y el cambio de conducta durante el día ayudan a reducir el bruxismo nocturno, pero habitualmente se utiliza una férula de descarga, un protector bucal que protege los dientes de la presión y ayuda a descargar la mandíbula y a ajustar la mordida del paciente2,3. Con las férulas se evita el desgaste y pueden solucionarse otros síntomas, como los dolores de cabeza.
  • Medicación: en los casos más severos se puede intentar mejorarlo con medicamentos, aunque siempre se hará bajo supervisión de un especialista3,4. También pueden emplearse antiinflamatorios y analgésicos para reducir el dolor.
  • Fisioterapia: con la ayuda de un fisioterapeuta se puede trabajar el bruxismo para reducir su impacto, ayudando a relajar la musculatura de la mandíbula, mejorar la amplitud del movimiento articular y corregir los defectos posturales4.
  • Dieta, hábitos y actividad física: mantener una alimentación saludable y cuidar los hábitos de sueño y ejercicio, así como la corrección postural contribuyen positivamente a tratar este trastorno2,4.

Es muy habitual que la persona que padece bruxismo no sea consciente del mismo. Es posible que una persona cercana sea quién lo detecte en primer lugar, ya que se puede llegar a hacer ruido al rechinar los dientes. También puede ser el médico o el odontólogo quién, en una revisión, detecte el problema3.

Un diagnóstico precoz puede evitar diversas complicaciones asociadas con el bruxismo, entre otras un desgaste prematuro de la dentadura. Si se tienen dificultades para comer, abrir la boca, se siente excesiva sensibilidad dental, es importante acudir al especialista de referencia para que pueda valorar los síntomas2,3.

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Referencias:

1 Bruxismo (rechinamiento de los dientes). Mayo Clinic. Consultado en octubre, 2022.

2 Bruxismo. MedlinePlus. Consultado en octubre, 2022.

3 Bruxismo. Clínica Universidad de Navarra. Consultado en octubre, 2022.

4 Información sobre bruxismo y ATM. Consejo de Dentistas. Consultado en octubre, 2022.