Hidratación y nutrición: rutina para una piel sana

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Descubre cómo evitar la deshidratación de la piel – Adeslas Salud y Bienestar

En este post te vamos a contar cómo evitar la deshidratación de la piel, el papel clave que juega la alimentación y qué hacer para cuidar los distintos tipos de piel.


Falta de suavidad y elasticidad, piel apagada y sin luminosidad e, incluso, arrugas en pómulos y contorno de ojos son los síntomas más frecuentes de una piel deshidratada, es decir, que pierde agua en exceso. Aunque suele ser temporal, puede afectar a todos los tipos de piel (grasa, mixta o seca), provocando que esta se vuelva tirante y rugosa y llegue a descamarse1.

Qué factores provocan la deshidratación de la piel

La hidratación es fundamental para una piel suave y tersa2. Algunos de los responsables de la deshidratación son1,3:

  • Nivel de humedad.
  • Exposición a temperaturas extremas.
  • Viento.
  • Sol.
  • Radiación UV.
  • Contaminación ambiental.
  • Contacto prolongado o repetido con agua debido a una higiene excesiva.
  • Estrés.
  • Enfermedades.
  • Dieta inadecuada o desequilibrada.

Importancia del cuidado de la piel

La epidermis, la capa exterior de la piel, protege el resto de las capas internas y contiene células que producen la queratina, una proteína que protege la piel de sustancias nocivas e infecciones4. La capa externa de la epidermis (el estrato córneo) es la más expuesta a los agentes oxidantes y radicales libres, como el ozono y el óxido nítrico, presentes en la atmósfera de las grandes ciudades. El humo del tabaco también genera una gran cantidad de radicales libres que dañan las membranas de las células y afectan a las arteriolas (pequeñas arterias que regulan el flujo sanguíneo de los capilares) de la dermis y la epidermis3.

Se ha demostrado que los efectos del ozono y el óxido nítrico sobre la piel son muy perjudiciales para la salud. Por ello, las vitaminas C y E son altamente efectivas para controlar los daños provocados por radicales libres. De hecho, la piel produce vitamina E y otras sustancias antioxidantes de forma continua y su actividad antioxidante es mayor que la de otros órganos. Esta capacidad antioxidante endógena (propia del organismo) disminuye con la edad, pero una exposición continua a agentes oxidantes puede producir un envejecimiento prematuro de la piel3.

Para obtener aportes de vitamina C, las frutas y las verduras serán nuestros mejores aliados. Es recomendable con este fin el consumo de naranjas, pomelos, kiwis, fresas, melón, tomates, pimientos rojos y verdes... Lo mejor es comer estos alimentos crudos, pues al cocinarse o almacenarse por tiempo prolongado podría disminuir la vitamina C que contienen5.

Cómo influye la alimentación en la salud de la piel

Aunque la evidencia científica es escasa en este sentido, hay estudios que apuntan a la alimentación como uno de los factores que condicionan el estado de la piel. La ingesta de alimentos, sobre todo grasas y alimentos dulces y picantes, se relaciona con frecuencia con la condición de la piel2. Eso sí, ciertas grasas son necesarias para mantener una piel sana y ayudan a absorber las vitaminas llamadas liposolubles (A, D, E y K). Comer con mayor frecuencia grasas saludables de origen vegetal en lugar de grasas menos saludables de origen animal, puede disminuir el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular u otros problemas de salud más graves6.

El consumo deficiente de algunas vitaminas y ácidos grasos esenciales tiene manifestaciones cutáneas. Por ello, la optimización de la dieta no solo puede prevenir los trastornos de la piel, sino que también puede mejorar la condición de esta2.

Tipos de piel

Existen tres tipos de piel:

  • Piel grasa: las glándulas sebáceas de la piel producen grandes cantidades de aceite. Esta piel tiene tendencia acneica7.
  • Piel mixta: las personas con este tipo de piel tienen la región centro facial (frente, nariz y mentón) grasa, mientras que la piel de las mejillas es normal1.
  • Piel seca: también se conoce como xerosis o xerodermia. Sus causas son diversas, como el clima frío o seco, el daño solar, los jabones fuertes y el exceso de lavado. Si no se cuida, puede provocar dermatitis atópica (eccemas) o infecciones (al agrietarse, permite la entrada de bacterias)8.

Cómo hidratar y nutrir los distintos tipos de piel

Es importante una correcta hidratación, por lo que hay que escoger bien el producto adecuado para cada tipo de piel1:

  • Productos para piel grasa: en lugar de contener aceites, están compuestos de siliconas (no taponan los poros de la piel), agua y propilenglicol. En ocasiones, también se añaden talco o caolín, que absorben la grasa y disminuyen el brillo de la cara.
  • Productos para piel mixta: contienen agua, aceite mineral, propilenglicol y pequeñas cantidades de vaselina o lanolina.
  • Productos para piel seca: contienen agua, aceite mineral, propilenglicol y mayores cantidades de lanolina o vaselina, además de bajas concentraciones de aditivos (como por ejemplo: colágeno, proteínas, elastinas, ácido hialurónico, escualeno, alfahidroxiácidos, vitaminas…).

Los complementos nutricionales pueden actuar como coadyuvantes de la dieta en caso de que el organismo sufra deficiencias de ciertos micronutrientes y, por tanto, provoque un deterioro de la piel. Asimismo, los productos dermofarmacéuticos pueden evitar la resequedad de la piel y los daños causados por la falta de lubrificación, lo que puede ser importante en zonas expuestas a bajas temperaturas o al lavado frecuente, como cara, manos o labios3.

Ante la duda, siempre es recomendable acudir al dermatólogo, quien además podrá recomendarte otros tratamientos (radiofrecuencia, factores de crecimiento, botox, etc.) dependiendo del estado en el que se encuentre tu piel1.

Rutina de hidratación y cuidado de la piel

Algunos cuidados para tener una piel hidratada y sana son indispensables y es conveniente convertirlos en rutina. Es especialmente importante prestar atención al rostro, pues se trata de una de las zonas del cuerpo más expuestas y delicadas. Estos son los consejos más esenciales1,9:

  • Elegir el producto adecuado para cada tipo de piel.
  • Aplicar hidratante todos los días, si es posible con filtro para proteger la piel de la radiación solar. Otra opción es aplicar crema hidratante y, a continuación, un protector solar.
  • Escoger, preferiblemente, un maquillaje hipoalergénico.
  • Eliminar el maquillaje suavemente.
  • No olvidar los labios ya que también requieren hidratación y protección frente a la radiación solar.
  • Cuidarse de las agresiones externas.
  • No fumar.
  • Llevar una alimentación saludable.
  • Controlar el estrés.
  • Usar jabones respetuosos con la piel.
  • Secar la piel suavemente, a toques, evitando la fricción.
  • Controlar la temperatura del agua evitando que esta esté muy caliente.
  • Evitar que la duración de las duchas y los baños sea prolongada.

Una piel sana es un buen indicador de un organismo saludable en general. Y es que a través de la piel es posible llegar a diagnosticar enfermedades sistémicas. Desde el punto de vista dietético, es necesaria una adecuada nutrición para el desarrollo y mantenimiento de todo el organismo, algo que se verá reflejado favorablemente en la piel3.

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Referencias:

1 Hidratación o nutrición: ¿Qué es lo que tu piel necesita? Academia Española de Dermatología y Venereología. Agosto, 2011.

2 Condiciones de la piel humana y su asociación con la concentración de nutrientes en el serum y la dieta. The American Journal of Clinical Nutrition. Febrero, 2003.

3 Nutrición y salud de la piel y el cabello. Consejo farmacéutico. Elsevier. Enero, 2009.

4 Componentes de la piel. MedlinePlus. Julio, 2020.

5 Vitamina C. Nacional Institutes of Health. Diciembre, 2019.

6 Explicación de las grasas en la alimentación. Medlineplus. Consultado en agosto, 2022.

7 Piel grasa. Medline Plus. Consultado en agosto, 2022.

8 Piel seca. MayoClinic. Consultado en agosto, 2022.

9 Cuidado de la piel: 5 sugerencias para una piel sana. Mayo Clinic. Enero, 2022.