La depresión en las personas mayores: cómo prevenir y detectar la depresión senil

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Descubre cómo detectar y prevenir la depresión senil - Adeslas Salud y Bienestar

En este post te hablamos de los síntomas de la depresión en adultos y qué hacer para prevenirla y detectarla.


La depresión forma parte de los conocidos como grandes síndromes geriátricos, es decir, patologías que afectan con más frecuencia a las personas mayores1. De hecho, según datos de la Organización Mundial de la Salud, más de un 20% de las personas de más de 60 años en el mundo sufren algún trastorno mental o neurológico (sin contar las cefaleas) y el 6,6% de la discapacidad en ese grupo de edad se debe a trastornos mentales (entre los que se encuentra la depresión) y del sistema nervioso2.

Además, este tipo de enfermedades suponen el 17,4% de los años vividos con discapacidad de la población anciana. En su caso, la demencia y la depresión son los trastornos neuropsiquiátricos más frecuentes2. La depresión es asimismo muy discapacitante y constituye un problema importante de salud por el impacto que tiene en todas las facetas de la vida de la persona mayor1.

¿Qué es la depresión senil?

La depresión es una enfermedad mental, en concreto, un trastorno del estado de ánimo por el cual algunos sentimientos negativos como la tristeza, la pérdida o la frustración interfieren en la vida diaria de la persona. Su duración es variable3.

Se conoce como depresión senil a la depresión que se da en los adultos mayores, ya que se trata de una dificultad bastante generalizada3, hasta el punto de poder ser considerada como un verdadero problema de salud pública4, aunque no es algo que forme parte del proceso normal de envejecimiento4. Con frecuencia, entre la población mayor no se detecta esta patología y, en consecuencia, la persona no recibe tratamiento3.

Causas comunes de la depresión en las personas mayores

En el caso de los adultos mayores, el riesgo de depresión puede verse incrementado por cambios en la vida de la persona o, si ya se ha desarrollado una depresión, hacer que esta empeore. Algunas de estas nuevas situaciones son4:

  • Cambiar de domicilio, por ejemplo, a una residencia de personas mayores.
  • Que los hijos abandonen el hogar familiar.
  • La muerte de la pareja, de otros familiares o de amigos.
  • Tener alguna enfermedad crónica o tener algún dolor crónico.
  • Perder la independencia y no ser capaz de realizar ciertas actividades como conducir o tener dificultades para llevar a cabo algunas de las actividades básicas de la vida diaria.

Además, hay enfermedades graves pueden estar también relacionadas con que la persona mayor tenga depresión. Algunas de ellas son4:

  • El párkinson.
  • Enfermedades cardiacas.
  • Cáncer.
  • Accidente cerebrovascular.
  • Demencia, por ejemplo, el alzhéimer.

Además, consumir alcohol en exceso o algunos medicamentos, como los somníferos, pueden empeorar la depresión que ya haya desarrollado la persona4.

¿Cómo saber si un adulto mayor tiene depresión?

En el caso de las personas mayores, la tristeza no es siempre el síntoma principal de la depresión, por lo que se produce un infradiagnóstico en esta franja de edad5. El diagnóstico de depresión lo tiene que realizar un médico y este profesional será el encargado de determinar los pasos a seguir3.

Sin embargo, hay algunos signos de alarma ante los que hay que estar atentos. Ante varios de los siguientes signos y síntomas que permanezcan durante al menos dos semanas es importante consultar con el médico5:

  • Sentirse triste, ansioso o irritado de manera constante.
  • Sentirse vacío muy frecuentemente.
  • Tener una actitud pesimista o no tener esperanza.
  • Perder el interés por las cosas que antes se disfrutaban.
  • Sentirse culpable, impotente y tener la autoestima baja.
  • Los intentos de suicidio, o pensar en el suicidio o en la muerte.
  • Problemas del sueño, incluido dormir mucho o despertarse muy temprano.
  • Tomar decisiones o concentrarse se convierte en una tarea más complicada que antes.
  • Notar falta de energía, hablar o desplazarse más despacio de lo habitual.
  • Cambios en el peso o en el apetito sin hacerlo conscientemente.
  • Dolores y molestias físicas, como pueden ser calambres, trastornos digestivos o dolor de cabeza sin que exista una causa física aparente y que el tratamiento no alivia.

Si pensamos que nosotros mismos o alguien de nuestro entorno puede tener depresión, es fundamental buscar ayuda profesional. La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, es una enfermedad tratable. El médico establecerá el tratamiento apropiado en función de la gravedad del problema5.

¿Qué hacer para intentar que un adulto mayor no tenga depresión?

Hay algunas pautas que pueden seguir las personas mayores para, en la medida de lo posible, prevenir la depresión. Algunas de ellas son6:

  • El ejercicio físico regular.
  • Si la salud lo permite, llevar una vida social activa.
  • Alimentarse adecuadamente siguiendo las pautas de la dieta mediterránea.
  • Ver la vida desde una actitud flexible, adaptarse a los cambios.
  • Intentar controlar el estrés.
  • Pensar en la propia vida desde un punto de vista positivo y mantener el interés en seguir mejorando.
  • Cuidar la propia salud.

La depresión es una patología común durante la tercera edad y, ante la presencia de sus síntomas, es importante consultar con el médico. Y no te desanimes, porque la buena noticia es que hay tratamiento eficaz para abordarla.

 

 

Referencias:

1 Depresión en las personas mayores. SEGG. Septiembre, 2017.

2 La salud mental y los adultos mayores. Organización Mundial de la Salud. Diciembre, 2017.

3 Depresión en los adultos mayores. MedlinePlus. Febrero, 2022.

4 Consenso sobre la depresión en el anciano. Sociedad Española de Psicogeriatría. Consultado en febrero, 2022.

5 Las personas mayores y la depresión. NIH. Enero, 2017.

6 Prevenir la depresión en la tercera edad. Clínica Universidad de Navarra. Consultado en febrero, 2022.