Mal de altura: ¿qué es y cómo prevenirlo?

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Descubre qué es y cómo prevenir el mal de altura - Adeslas Salud y Bienestar

En este post vamos a explicar qué es el mal de altura, cuáles son sus síntomas y complicaciones, además de cómo podemos prevenirlo y tratarlo si fuera necesario.


A medida que aumenta la altitud, la presión atmosférica se reduce y hay menos oxígeno disponible en el aire que respiramos. Esta falta de oxígeno es la causa del mal de altura o mal de montaña, un trastorno que padece aproximadamente un 25% de las personas que ascienden hasta 2.500 metros de altitud. El porcentaje de afectados por el mal de altura aumenta hasta el 70% en los ascensos por encima de 4.500 metros1-3.

¿Qué es el mal de altura?1-3

El mal de altura es un trastorno causado por la hipoxia, es decir, la falta de oxígeno en el organismo, que puede aparecer al ascender a altitudes elevadas. Normalmente afecta a deportistas como esquiadores o alpinistas, pero puede afectar a cualquier persona que ascienda a zonas de gran altitud, ya sea en el contexto de una actividad deportiva o no.

El riesgo de padecer mal de altura aumenta cuanto más rápido y brusco sea el ascenso, aunque hay otros factores que también aumentan las probabilidades de que aparezca, por ejemplo:

  • Vivir habitualmente a nivel del mar o a una altitud inferior a 900 metros.
  • Haber sufrido mal de altura previamente.
  • Ascender a altitudes elevadas demasiado rápido.
  • Realizar grandes esfuerzos en altitudes elevadas.
  • Consumir alcohol u otras sustancias.
  • Padecer problemas cardiacos o pulmonares.
  • Dormir a una altitud demasiado elevada.

Síntomas y complicaciones del mal de altura2-4

La forma más leve y habitual de mal de altura se conoce como mal agudo de montaña y suele presentar síntomas temporales y de escasa gravedad. Normalmente se da a partir de una altitud de 2.500 metros, aunque en personas más sensibles puede darse a menor altura. Los síntomas más habituales son los siguientes:

  • Dolor de cabeza.
  • Sensación de mareo o vértigo.
  • Fatiga y debilidad.
  • Poco apetito.
  • Náuseas o vómitos.
  • Problemas para dormir.
  • Dificultad para respirar al realizar esfuerzo.
  • Pulso acelerado.

También es posible que aparezcan otros síntomas más graves, por ejemplo:

  • Confusión.
  • Falta de coordinación.
  • Disminución del estado de consciencia.
  • Tos con expectoración de sangre.
  • Palidez o cianosis (piel azulada).
  • Dificultad para respirar en reposo.

En algunos casos, estos síntomas pueden evolucionar con rapidez y causar lesiones graves y potencialmente mortales, como la acumulación de líquido en el cerebro (edema cerebral de las alturas) y la persona afectada podría, incluso, entrar en coma. La acumulación de líquido podría darse también en pulmones. En este caso, hablaríamos de edema pulmonar de las alturas. Este último se da normalmente en ascensos por encima de los 2.500 metros.

Prevención y tratamiento del mal de altura2,3,5,6,7

Debemos ser conscientes de que el riesgo de padecer mal de altura está presente cada vez que viajamos o realizamos un ascenso a una altura superior al lugar de procedencia. La medida más eficaz para prevenir el mal de altura es realizar el ascenso de manera gradual y planificada, a lo largo de varios días y estableciendo jornadas de descanso a medida que se avanza para que el cuerpo se aclimate. Esta medida es clave, especialmente en el caso de ascensos por encima de los 2.500 metros, que normalmente se deben a prácticas deportivas como el alpinismo. Si no es posible planificar un ascenso progresivo, es recomendable consultar con un profesional sanitario antes de realizar la actividad.

Además, se pueden tomar otras precauciones que ayudarán a prevenir el mal de altura:

  • Beber líquidos abundantes y con frecuencia.
  • No consumir alcohol.
  • No realizar grandes esfuerzos ni ejercicio físico de alta intensidad durante las primeras horas tras ascender a gran altitud. En caso de presentar síntomas de mal de altura, se debe descansar y detener el ascenso hasta conseguir una correcta aclimatación, o incluso comenzar el descenso.

Por lo general, los síntomas del mal de altura suelen desaparecer al descender a una altitud inferior. No obstante, en algunos casos se puede necesitar otros tratamientos, que van relacionados con una mayor gravedad del cuadro o con situaciones especiales como el ascenso por encima de los 3000 metros, como pueden ser:

  • Administración de oxígeno.
  • Fármacos específicos e inhaladores.
  • Uso de una cámara hiperbárica portátil (si se dispone de ella).
  • En caso de no responder a estas medidas, se debe realizar el traslado inmediato a un centro sanitario equipado para el tratamiento de estos casos.

 

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Referencias:

1Mal de altura. ¿Qué es? Hospital Clinic Barcelona. Consultado en septiembre, 2023.

2Mal de altura. Manual MSD. Noviembre, 2022.

3Mal agudo de montaña. Medline Plus. Noviembre, 2021.

4Mal de altura. Síntomas. Hospital Clinic Barcelona. Consultado en septiembre, 2023.

5Mal de altura. Prevención. Hospital Clinic Barcelona. Consultado en septiembre, 2023.

6Mal de altura. Tratamiento. Hospital Clinic Barcelona. Consultado en septiembre, 2023.

7Reglas Sanitarias Generales para Montañeros. Comisión Médica de la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo. Consultado en octubre, 2023.