Acompañar a un familiar o amigo que acaba de ser diagnosticado de cáncer

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Salud Práctica
Cáncer

Acompañar a un familiar o amigo que acaba de ser diagnosticado con cáncer - Adeslas Salud y Bienestar

En este post hablaremos sobre el impacto emocional que supone un diagnóstico de cáncer, las estrategias que familiares y amigos pueden llevar a cabo para apoyar a la persona diagnosticada y aquellos comportamientos que es recomendable evitar.


El diagnóstico de cáncer puede generar un fuerte impacto tanto en la persona diagnosticada como en su entorno. Conocer las principales emociones que suelen producirse en este contexto y qué actitudes y comportamientos son los más recomendables, es clave a la hora de que familiares y amigos puedan acompañar a la persona diagnosticada y evitar que se sienta sola durante el proceso de enfermedad1-4.

Comprender las emociones que pueden acompañar un diagnóstico de cáncer1,3

La manera en que cada persona afronta un diagnóstico de cáncer puede ser muy diferente. Se pueden experimentar diferentes emociones, con cambios en la intensidad de éstas y según el día, la hora y el momento. Por ese motivo es importante conocer cuáles pueden ser las emociones que más frecuentemente se dan en este momento de la enfermedad:

  • Miedo. Es muy posible sentir miedo a diferentes aspectos de la enfermedad, como es el dolor o el tratamiento, a sentirse enfermo, a tener que dejar de trabajar, o necesitar cuidados... Incluso miedo a morir.
  • Ansiedad. El diagnóstico es una circunstancia nueva y posiblemente imprevista, y esto puede generar sensación de pérdida de control y no tener claro si se tendrá la capacidad de afrontar, no solo la enfermedad, sino todos los cambios que acarrea en el día a día, así como en la situación familiar y económica.
  • Tristeza. El diagnóstico en cierta medida es un duelo. Se puede sentir que se ha perdido la salud, que la vida ha cambiado. Y esto puede generar tristeza, hasta el punto de afectar a las ganas de hacer cosas, perder el apetito...
  • Enfado. Puede ocurrir que la situación lleve a enfado, con el cáncer o incluso con profesionales sanitarios e incluso familiares y amigos. Es una emoción que puede llegar a producirse en alguien que se sienta especialmente frustrado o impotente ante la situación que está viviendo.
  • Culpa. Es posible también que se presenten sentimientos de culpa. Pueden estar asociados al diagnóstico, por pensar que algún comportamiento en el pasado pueda ser el desencadenante de la enfermedad. También pueden estar asociados al impacto que están generando en su entorno al necesitar cuidados y atención, o tener que faltar al trabajo.
  • Soledad. Hay diferentes circunstancias en las que la persona diagnosticada de cáncer puede sentirse sola o aislada del resto de personas. Si el desarrollo de la enfermedad ha llevado a dejar de lado actividades en las que se sociabilizaba (como acudir a la oficina, o actividades de ocio), se pierden contactos sociales que se tenían antes. Pero también puede ocurrir que sea la propia persona diagnosticada quien no se sienta con ganas de hablar con nadie. Por otro lado, las personas del entorno pueden tener dificultades para saber cómo acompañar. Incluso cuando el entorno sepa y pueda acompañar, la persona puede sentirse incomprendida y aislada.

Si bien todas estas emociones pueden aparecer tras el diagnóstico, en algunas circunstancias podemos percibir que duran demasiado tiempo, que son muy intensas, incluso que están afectando al día a día. En estos casos, puede ser recomendable acudir a nuestro profesional sanitario de referencia para que nos asesore al respecto.

Cómo ofrecer apoyo emocional efectivo1,3-5

Dada la complejidad y variedad de emociones que pueden desarrollarse en el contexto del cáncer, determinadas pautas pueden contribuir a proporcionar apoyo emocional y un espacio seguro a las personas diagnosticadas de cáncer. Entre ellas se encuentran:

  • Escucha activa. Puede ser difícil saber qué decir a una persona diagnosticada. Por ese motivo puede ser más recomendable escuchar lo que tenga que contar y, de esta manera, entender cómo se siente y de qué manera poder ayudarle. En algunas ocasiones, la persona diagnosticada preferirá no hablar de lo que le ocurre o de cómo se siente. Es importante también respetar sus tiempos, no forzarle a hablar y transmitirle que será decisión suya cuándo es el momento de compartir.
  • Proporcionar un espacio seguro donde expresar sus emociones, pensamientos e incertidumbres. Hay situaciones en las que acompañar puede ser más complejo, como son las expresiones de ira o enfado, el llanto o incluso preguntas relacionadas con la enfermedad, la culpa o la muerte. Es importante permitir estas expresiones de emociones y pensamientos, sin sentir la obligación de dar una respuesta o solución. Mantenerse en silencio es una buena manera de acompañar y dar espacio para expresarse.
  • Mostrarse atento y estar presente. En otras ocasiones, es posible ser un apoyo valioso simplemente dando muestras de interés: "¿Cómo te encuentras hoy?" "¿Te puedo ayudar de alguna manera?" "Lamento mucho que estés pasando por esto". Estas expresiones, aunque sencillas, pueden tener mucho significado.
  • Animar a consultar las dudas con su profesional sanitario de referencia. Es frecuente tener conversaciones en torno a la enfermedad, los tratamientos, los síntomas, etc. Ante la presencia de dudas es importante acudir a fuentes de información fiable. Se puede animar a la persona diagnosticada a que anote las dudas y preocupaciones para poder preguntarlas en la próxima cita.
  • Reflexionar sobre las emociones propias. El cáncer no solo impacta emocionalmente sobre la persona diagnosticada, también lo hace sobre su entorno. Incluso cuando no se trata de una persona muy cercana, la situación puede generar miedo ante la enfermedad, culpa por encontrarse sano... Se pueden dar situaciones en las que una persona no se sienta capaz de hablar del cáncer con la persona diagnosticada. Es recomendable expresar estas emociones con sinceridad, y por supuesto, si es necesario, familiares y amigos pueden solicitar ayuda a profesionales sanitarios del ámbito de la salud mental.
  • Respetar la privacidad. Es la persona que padece cáncer quien debe decidir cuándo y a quién comunicar su diagnóstico. Podría resultarle desagradable que se comunique a personas con quienes no quiere compartir esta información, o que se sepa antes de sentirse preparado para hablar de ellos.

Frases y comportamientos a evitar1,3,5

Del mismo modo que existen pautas que pueden contribuir a proporcionar un acompañamiento más efectivo, también existen comportamientos que, aunque se den con la intención de ayudar, pueden generar malestar en el contexto del diagnóstico de cáncer. Algunos de estos son:

  • Juzgar las emociones y decisiones de la persona diagnosticada. Es importante respetar las emociones de la persona diagnosticada, incluso cuando a las personas que le acompañan les puedan resultar negativas. Proponer actitudes más positivas u optimistas frente a la enfermedad puede hacer sentir a la persona diagnosticada que sus emociones no son adecuadas o válidas y que se sienta obligada a minimizarlas u ocultarlas. Del mismo modo, es importante respetar y apoyar las decisiones que tome con respecto a su tratamiento, incluso cuando no se comparta la misma opinión.
  • Utilizar frases hechas e imponer creencias. En ocasiones se da la necesidad de hacer sentir mejor a la persona diagnosticada y recurrir para ello a frases hechas como "Ahora toca ser fuerte" o "Ya verás cómo consigues superarlo" o "Hay gente que está peor". Otras veces se comparten historias personales o cercanas relacionadas con el cáncer o se intenta mostrar comprensión con expresiones como "Se cómo te sientes". Es mejor, como se recomienda en el anterior apartado, preguntar, escuchar en lugar de intentar dar respuestas o soluciones, y solo dar opiniones o contar experiencias cuando se pidan. De esta manera se evita el riesgo de hacer sentir incomodidad, malestar o incomprensión.
  • Bromear sin saber con seguridad cómo va a reaccionar la persona diagnosticada. El sentido del humor puede ser una herramienta a la hora de afrontar la situación, pero es recomendable esperar a que sea la persona con cáncer quien tome la iniciativa a la hora de hacer uso de este recurso.
  • Hacer comentarios sobre su apariencia física. El tratamiento y el avance de la enfermedad pueden generar cambios evidentes en la apariencia de la persona diagnosticada. Es muy probable que la persona ya sea consciente de los mismos y señalarlos puede generar malestar.

Como se ha comentado, un diagnóstico de cáncer puede afectar emocionalmente tanto a la persona diagnosticada como a su entorno. Las emociones que aparecen pueden ser variables a lo largo del tiempo y parte del proceso de adaptación al diagnóstico. Por este motivo, es recomendable proporcionar un acompañamiento emocional basado principalmente en la escucha activa, la empatía y el respeto a la persona que padece cáncer que le permita expresar sus emociones y sentirse apoyado en todo el proceso de la enfermedad.

 

Además, si eres asegurado de Adeslas, recuerda que tienes disponible nuestros Planes de prevención y cuidados en cáncer, donde podrás obtener más información.

 

 

Referencias:

1Los sentimientos y el cáncer. Instituto Nacional del Cáncer. Noviembre, 2023.

2Cómo cuidar a un ser querido con cáncer. Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Septiembre, 2013.

3Cuando alguien que usted conoce tiene cáncer. American Cancer Society. Junio, 2021.

4Hablar de la enfermedad. Asociación Española Contra el Cáncer. Consultado en febrero, 2024.